Querida Vieja,
A cada instante que pasa me convenzo mas de que la nacion mexicana solo puede considerarse, en grandes porcentajes, un habitat de simples indios traidores, ingenuos y olvidados.Deberas saber que, similar a lo que tu defines, le llamo simplemente indio a aquellos que han perdido todo amor a su costumbre, de tal manera que solo son ya indios en algun rincon de su genetica. Todo este paradigma que empiezo aqui esta basado en los indios que odian todo su pasado rico en historia, cultura y arte, mas sabes que no tengo nada en contra de los pueblos indios del continente. Somos un pueblo de indios que continua en la ingenuidad puesto que siguen apantallandonos con piedritas y espejitos, solo que esta vez las impresiones suceden en grandes lugares llamados plazas, que las construyen, segun dicen, a semejanza de las plazas en los Estados Unidos de America. Sin embargo, las plazas son de pesimo gusto y, a mi opinion, no son ni minimamente similares a las del pais vecino. Sin embargo, las plazas mexicanas brillan con materiales extremadamente lujosos y perfectos, con luces y sonidos que adormecen el sentir de los indios que embobados por esos efectos, asisten a las plazas. No son indios verdaderos, sino la clase mestiza y blanca de Mexico. Al pueblo mexicano le fascina ese tipo de lugares y se siente de primer mundo por unas horas. El simple hecho de que esas plazas existan me hace pensar de que queremos evitar a toda costa el pensamiento de que los espanyoles estuvieron en estas tierras, y poco a poco se pierde la costumbre de construir fuentes, arcos y entradas de roca y ladrillo, de construir algo mas nuestro. Si bien muchos no queremos recordar a la vieja Espanya, tambien debemos admitir que toda la era colonial ha contribuido, queramos o no, a hacer de Mexico lo que es hoy. En un afan por ahorrar hasta el ultimo centavo, los empresarios nos ponen esas construcciones de material barato (pero pulido y brillante), y a los mexicanos nos fascina tanto lujo. Se que hay otros como tu, el viejo y yo que no soportamos esa clase de porquerias y preferimos lo tradicional, pero creo que somos bastante contados. Quiza seamos mas, pero siento que muchos hemos llegado al punto de la desesperanza y ya nada importa. Hay una guerra enorme por parte del mal llamado Gobierno mexicano contra lo mexicano, y esto es algo viejisimo, cuando las sras de la alta sociedad en los dias del porfiriato adoraban el estilo frances y se alegraban inmensamente de que sus casas no tuvieran algo mexicano. Podran ser personajes de la alta, pero son ya tan solo ignorantes, en el sentido de que no notan que su tan adorado Mexico es producto de la mezcla de las tradiciones indigenas con la espanyola. Grande es la estupidez al negar el pasado indigena de esta nacion. Es esta combinacion la que le ha dado al pais ese gran orgullo nacionalista. Mexico sin los indios no seria Mexico, seria Espanya en America! Todos aquellos que eran indigenas pero por motivos de presiones sociales y vergu-enzas han perdido casi todo de lo que solian ser, son ahora sencillamente gente pobre. Son simples personas morenas sin tradiciones ni cultura ni idiomas, cuyo unico destino, al igual que muchos otros morenos (que no se consideran indios pero traen inevitablemente esa sangre), es saltar la barda en la frontera norte. La guerra contra las tradiciones indigenas quiza no esta perdida, pero cada dia se pierde mas terreno, y los esfuerzos que hay por conservarlas no son suficientes para frenar los ataques del gobierno. Al haber perdido todo, solo tienen de indigena esa ingenuidad y ceguera que permitio que los conquistadores llegaran facilmente al interior del imperio azteca. El gobierno y la tele han impuesto una falsa belleza, que exluye a los que deciden no formar parte de ella. Gran tristeza me da saber que tantos de los mexicanos en los Estados Unidos de America hacia los latinos hacen lo mismo que en Mexico hacen los menos morenos con los indios: un enorme racismo y abren una brecha que no entiendo, por los cielos, por que existe, si a fn de cuentas todos llevamos, unos menos que otros, la sangre indigena. Suena complicadisimo, vieja, pero se que a fin de cuentas, y sin necesidad de concentrarte de mas, me comprendes. Como una barcaza en una tormenta, las tradiciones indigenas y mexicanas se dirigen a las rocas en la costa. Dudo que logre llegar con total entereza esa barcaza, pero quiza aun haya algo que nuestra vision hacia el futuro no ha considerado que podra salvarla. Ja, muchos no entenderan jamas de donde viene mi compasion y esta clase de sentimientos de amistad hacia las hordas de indios y pobres, pero algo me dice que mucho tuvo que ver el hecho de que me llevaran uds a la sierra a ver tanta hermosura mezclada con altas dosis de injusticia a tan temprana edad. El hecho de que uds se aseguraran de que yo supiera que cargo esa sangre desde un vinculo muy cercano tambien ha influido enormemente. Si les soy honesto, y creo que a uds lo saben, estoy extremadamente agradecido por esa formacion que me han dado, pocos la habrian recibido. Sinceramente y con amor, Jose Z.X.
12.3.08
Cartas del Capitan Zumarraga
Publicadas por Capitan Zumarraga y Ximenez a la/s 8:31 p.m.
Etiquetas: costumbres, reflexiones
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